Historia general de los Vargas

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Inicio > Personajes > Garcí Pérez de Vargas
Garcí Pérez de Vargas (Siglo XIII)

Garci Perez de Vargas recobra su cofia y las ondas de su escudo bien merecidas
Por Francisco López de Solé y Martín de Vargas, Marqués de Ayamonte, Conde de Cabra. Historiador, abogado y Académico.

Cuando en el año 1246, era de 1284, resuelve el Rey San Fernando conquistar Sevilla, contó con Garcia Perez de Vargas como el principal Jefe de su Ejercito.
Garcia de Vargas, era calvo, y se tocaba con un gorro característico al que llamaban "cofia".
Tal prenda era para él muy importante como veremos en el episodio que se desarrolla en Tablada muy cerca de Sevilla, camino del Aljarafe.

Otra de las crónicas que nos da a conocer el talante caballeresco de Garcia de Vargas tienen lugar en uno de los combates por la ciudad, precisamente en torno al desaparecido Castillo de Triana.

Garci Perez de Vargas se enteró de que un caballero del linaje de los Mariños le criticaba porque en su escudo tenia sus mismas armas, las tres ondas de azur sobre campo de plata, y el escudo de combate de Garcia aparecia muy roto, mientas el caballero Mariño tenia su escudo en perfecto estado, sin una sola abolladura. Entonces, Garci de Vargas al conocer las críticas del orgulloso infanzón Mariño le increpó para que salieran juntos a pelear con los moros para resolver cual de los dos merecia mejor estas armas en su escudo. Al ver Mariño pelear a Garcia de Vargas, el caballero se avergonzó y turbado le pidió mil explicaciones, diciendo lo bien ganada que tenía sus armas, plasmadas en el escudo y que habia entendido que el mal estado del escudo no era por otra causa que la de tanto combatir por el Rey Fernando. Estas armas son las mismas que siguen usando los de Vargas, sus descendientes.

Por eso entre las distintas puertas de Sevilla, en la de Jerez se colocó una placa en latín que todavia se conserva en castellano desde el siglo XVI que dice:

"Hércules me edificó,
Julio César de cercó
de muros y torres altas,
Un Rey Godo me perdió
y el Rey Santo me ganó
Con Garci Perez de Vargas"

Y el autor conserva en Sevilla un azulejo donde aparece el Rey San Fernando casi de tamaño natural sosteniendo en sus manos el atributos del orbe y empuñando la espada con la Giralda al fondo, y a los lados los escudos del Santo Rey y de Garcia de Vargas, y la siguente leyenda: "Sevilla por San Fernando conquistada y Garci Perez de Vargas".

 

Garcí Pérez recobra su cofia
(Primera Cronica General)

Otro dia depues que el rey don Fernando fue a posar a Tablada, mando a les caualleros de su mesnada que fuesen guardar les erueros. Garçi Perez de Vargas, el otro cauallero que auie a yr con ellos, detouieronse en el real et non salieron tan ayna commo los otros; et en yendo en pos ellos, vieron ante sy por o auien a pasar en el camino ssiete caualleros de moros. Et dixo el cauallero a Garçi Perez: "tornemosnos; non somos mas de dos". Et Garçi Perez dixo: "non lo fagamos, mas vayamos per nuestro camino derecho, ca nos non atendran". Et el cauallero dixo que lo non querie fazer: ca lo tenia por locura sy dos caualleros, que ellos eran, fuesen cometer de pasar por do estauan siete; et fuese aderredor del real por non ser conosçido, fasta que fue en su posada. El real do estaua la tienda del rey cra vn poco en altura, et por o ellos yuan era llano, et el rey don Fernando ouolo a oio, et los que con el estauan, et vio de commo se tornaua el vn cauallero et que fuera el otro en su cabo; otrosi vio aquellos siete caualleros de moros a Garçi Perez quando saliera del real et conosçiol en las armas et sabie que era, dixo al rey: "sennor, dexenle; que aquel cauallero, que finco en su cabo con aquellos moros, es Garçi Perez de Bargas, et para tantos commo ellos son non mester ayuda; et sy los moros lo conosçieren en las armas, non lo osaran cometer et sil cometieren, vos veredes oy las marauillas que el fara". Garçi Perez tomo la armas quel traye su escudero, et mandol que se parase en pos el et que se non mouiese a ninguna parte, synon asy commo el fuesse que asy fuese el en pos el et en alazando la capellina, cayosele la cofia en tierra et non la uio; et endereço por su camino derecho et su escudero en pos el. Los mores conosçieronle en las armas commo era Garçi Perez, ca muchas vezes gelas vieran traer et bien las conosçien, et nol osaron cometer; mas fueron a par del, de la vna parte et de la otra, faziendol cadamannas et sus abrochamientos vna grant pieça; et quando vieron que se non boluie a ninguna parte nin se querie desuiar por cosa que ellos feziesen, synon que todauia yua por su camino derecho, tornaronsse et fueronse a parar en aquel logar o se le cayo la cofia. Quando Garçi Perez se uio desenbargado de aquellos moros, dio las armas a su escudero; et quando desenlazo la capellina et non talle su cofia, pregunto al escudero per ella; et el escudero le dixo que non gela diera. Et desque fue çierto que se le auie caydo, tomo sus armas quel auie ya dadas, el dixol que pasase en pos el et que touiese oie por la cofia alli o se le cayera. Et el escudero, quando uio que se querie tornar por ella, dixol: "¡commo, Don Garcia, por vna cofia uos queredes tornar a tan grant peligro? et non tenedes que estades bien, quando tan sin danno nos partiestes de aquellos mores, sseyendo ellos siete caualleros et vos vno solo, et queredes tornar a ellos por vna cofia?" Et Garçi Perez le dixo: "non me fables en ello, ca bien veyes que non he cabeça para andar sin cofia": et este dezie el porque era muy caluo, que non tenie cabellos de la meytad de la cabeça adelante; et tornose para aquel logar do ante tomara las armas. Don Llorenço Suarez quando lo vio tornar, dixo al rey: "uedes commo torna a los moros Garçi Perez, quando vio que les mores nol querien comeler? agora ua el cometer a ellos; agora ueredes las marauillas que el fara, que uos yo dezia, si osaren atender". Los moros quando vieron tornar a Garçi Perez contra ellos, touieron que se querie conbater con ellos, et fueronse ende acogiendo que non se detouieron y mas. Quando Llorenço Suarez vio a los moros commo se acogien ante Garçi Perez, que nol osaron atender, dixo al rey: "Ssennor, uedes lo que uos yo dezia que nol osarien atender aquellos siete caualleros de moros a Garçi Perez en su cabo? Sabet, sennor, quel connosçieron; catadlos comme se uan acogiendo antel que nol osan atender. Yo so Llorenço Suarez, que conosco bien los buenos caualleros desta hueste quales son". Garçi Perez llego a aquel logar do se le cayera la cofia et fallola y, et mando a su escudero desçender por ella; et tomola et sacodiola et diogela; et pusosela en la cabeça, et fuese ende para do andauan les erueros. Quando los que fueron guardar los erueros se tornaron para el real, preguntó don Llorenço Suarez a Garçi Perez, ante el rey, quien fuera aquel cauallero que con el saliera del real. Et Gatçi Perez ouo ende grant enbargo, et pesol mucho porque don Llorenço Suerez gelo preguntara ante el rey, ca luego sopo que viera el rey et don Llorenço Suarez lo que a el aquel dia ouiera contesçido; et el era tal omme et auie tal manera que nol plazie cuando le retrayen algun buen fecho que el feziese; pero con Bran verguença ouo a dezir que nol conosçie nin sabie quien fuera. Et don Llorenço Suarez ge lo pregunto depues muchas vezes quien fuera aquel cauallero, et sienpre le dixo que nol conoscie et nunca del lo podieron saber, pero que lo conoscia el muy bien et lo veye cada dia en casa del rey; mas non querie que el cauallero perdiese por el su buena fama que ante auie, ante defendio al su escudero que por los oios de la cabeça non dixiese que lo conosçia; et el escudero asi lo fizo, que nunca lo quiso dezir, pero que gelo preguntaron despues muchas vezes.

EL INFANZON Y GARCI PEREZ DE VARGAS

Estando en estos conbatimientos sobre el castiello de Triana, vn infançon que y estaua, que entonce auie llegado de nueuo a esa cerca de Sseuilla, vio y a otro cauallero traer tales ssennales commo las suyas -ondas blancas et cardenas- et dixo a otros caualleros que estattan y con el: "¿et commo trae este cauallero las sennales de las mis armas? Digouos que gelas quiero mandar tomar, ca non pertenesçen las ondas comme para tal omne commo es el". Et dixieronle esos caualleros quel connosçien: "Uos catad lo que queredes fazer ante que lo prouedes, ca este es Garçi Perez de Uargas; et commo que es sin viana, et sin brio lo veedes por aqui andar, çierto sed que uos las querra defender; et non a en esta hueste ningun cauallero que lo osase prouar con el que nos aqui dexiestes. Et çierto seed que si el a de saber que uos tel cosa del dixiestes, que uos non podredes partir del sin vuestro danno: que es tel cauallero et tan prouado en fecho de armas, que todo omne lo deue reçelar". El infançon, quando esto oyo quel dizien aquellos caualleros et de commol tenien a mal lo que dixiera, callose et touose por arrepiso par lo que auia dicho. Et commo quier que fue, o de los que y estauan o de otros, ouolo a saber Garçi Perez, mas non ge lo entendio ninguno, et callose ende. Et en combatiendo el castiello de Triana, asi como auedes oydo suso en la estoria, vn dia a las barreras de Triana, ese infançon, de que dixiemos, et Garçi Perez de Vargas et otros caualleros, recodieron los moros de Triana faziendo su espolonada fasta en aquel logar do estos caualleros de quien dixiemos estauan, et mataron yaquantos omnes. Garçi Perez dio de las espuelas al cauallo, et fue ferir de la lança a un cauallero de los moros que uenia ante los otros, et die con el en tierra. Los mores boluieron las espaldas, et los cristianos fueron en pos ellos fasta en las puertas del castiello, matando et derribando en ellos. Los moros, quando vieron que tan pocos eran las cristianos que en pos ellos venien, dieron tornada a ellos; et alli fueron los golpes muy grandes de lanças et de espadas et de porras que se dauan a manteniente que los duro grant pieça del dia; et otrosi de las torres que estauan sobre la puerta del castiello et del muro les tirauan tantas piedras et saetas, que non semeiauan al synon granizo que caye del cielo. Et tan rezio estaua y Garçi Perez de Vargas aquel dia ante las puertas de Triana, et tanto sofrio et tantos golpes die et tantes recibio, que las sennales de las ondas del escudo et de la capellina a mal abes paresçien ante los golpes quel y dieron. Los moros dexaronse vencer et enbarranronse et morieron v pieça dellos, et de los feridos fueron y muchos; otrosi de los cristianos ouo y muchos feridos de las torres et del muro, et tornaronse para sus barreras a aquel logar onde mouieron. Garçi Perez touo oio por el infançon de que uos ya dixiemos, et uiolo alli o lo dexara quando aguijara con los moros, que se nunca ende partiera, et dixol: "Sennor cauallero, asi trayo yo las sennales de las ondas et en tales logares las meto commo uos agora viestes, et desta guisa las saco ende commo vos las agora vedes. Et sy queredes, vayamos agora yo et vos, que las trayedes, fazer otra espolonada con aquellos moros que agora seran aqui o ante llegaron, et veremos qual de nos meresçe mas traer las ondas". Al infançon peso mucho, et fuel malo lo quel dixo Garçi Perez, et touose por arrepeso, et cuydo quel querie acalonnar lo que del auie dicho, et de grado se arrepentiera si podiera; pero recodiol en esta guisa: "Sennor cauallero, uos traed las ondas et fazed con ellas comma agora feziestes et onrradlas comme los onrrastes, ca bien son empleadas en uos, et par uos valdran ellas mas; et ruegouos, commo a buen cauallero que uos codes, que si algun yerro dixe o desconocençia, qua me lo perdonedes". Garçi Perez gelo perdono, et el infançon se touo por de buena ventura porque asi tan en saluo se partiera del. Don Lorenço Suarez sopolo, et dixolo al rey don Fernando et a los ricos omnes. Et al rey plogol ende mucho, ca ya bien sabia el quien era Garçi Perez et de quales fechos. Et esto fue mucho retraydo por la hueste, et tomo ende grant enbargo et grant verguenna aquel infançon porque veye quel catauan todos et se reyen, et lo mas parquet preguntauan los ricos omnes cada dia, commo en juego, commo le acaesçiera son Garçi Perez de Uargas.

© 2000 Francisco López de Solé y Martín de Vargas. E-mail: losole@hotmail.com

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