Historia general de los Vargas

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Pequeña historia de los primeros Vargas

Vargas. Este apellido alcanzó su mayor celebridad en la villa de Madrid, en el año 1.083, reconquistada por el rey don Alfonso VI. En la historia de esta villa, alcanzó gran prominencia, el linaje de los Vargas; siendo el primero de este apellido, del que se tienen noticias, Iván o Juan de Vargas, un valeroso guerrero, que ayudó eficazmente a don Alfonso en la conquista de la villa que, pasados los siglos, habría de convertirse en la capital del reino.

Una vez pacificada la zona, se convirtió en un rico hacendado, a cuyo servicio estuvo San Isidro Labrador, patrón de la Villa y Corte.

Un hijo del citado don Iván de Vargas, llamado Pedro Ibáñez de Vargas, acompañó al rey Alfonso en la conquista de Toledo, en el año 1.085, donde quedó muy bien heredado, fundando, a media legua de la ciudad, un lugar que, de su nombre, se llamó Vargas y constituyó el solar primitivo de los Vargas de Toledo.

Con posterioridad, Pedro Fernández de Vargas, hijo de Fernán Pérez de Vargas y nieto del citado Pedro Ibáñez de Vargas, fue uno de los más esforzados guerreros que se distinguieron en la batalla de las Navas, dando repetidas pruebas de ser digno descendiente de sus valerosos ancestros. Un valor, lealtad y bravura que trasmitió a su hijos Garci Pérez de Vargas y Diego Pérez de Vargas.

Garci Pérez no sólo emuló las bélicas hazañas de su progenitor, sino que las sobrepasó. Fue uno de esos héroes que mereció ser cantado en las novelas de caballería: venció al rey de los gazules, al que dio muerte y por esta y otras muchas hazañas mereció que su nombre fuera esculpido en mármol, en una inscripción que se leía en la puerta de Jerez, en la ciudad de Sevilla.

Su hermano Diego alcanzó renombre en la batalla de Jerez, año 1.232, donde, al habérsele roto en la lucha su lanza y espada, desgajó un verdugón de oliva con su cepellón y continuó combatiendo, con tal destreza y valentía, que golpe que él descargaba, moro que caía. Atónito, su caudillo, don Alvar Pérez de Castro, gritó: "Machuca, Diego", y desde entonces se llamó Diego de Vargas Machuca, nombre que conservan sus descendientes.

ARMAS:
Escudo de azur y fajas ondeadas de plata.

Fuente: http://www.misapellidos.com/

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